a

Lorem ipsum dolor sit, consectetur iscing sed diam nonummy nibh euismo Lorem ipsum dolor sit, consectetur

@my_wedding_day

Wedding Details

Sunday, 05 November 2017
2:00 PM – 3:30 PM
Mas Montagnette,
198 West 21th Street, NY

+1 843-853-1810

Facebook
Twitter
Pinterest
Instagram
  •  Noticias   •  La matanza del cerdo

La matanza del cerdo

Con la llegada del frío comienzan a prepararse las primeras matanzas del cerdo de la temporada. Todos conocemos la expresión “a todo cerdo le llega su San Martín”, pues bien, el día de San Martín era el día tradicional en el que se realizaba la matanza, el 11 de Noviembre. Vamos a comentar, de manera resumida, la historia de la matanza del cerdo a lo largo de los tiempos.

La historia del cerdo va prácticamente pareja a la nuestra desde tiempos remotos. El hombre, en el Neolítico, pasa de la depredación, a la producción de alimentos. En este proceso de la domesticación del medio, y del cerdo, por su gran aporte de grasas y proteínas, la carne porcina va ocupando un lugar cada vez más importante en la dieta humana.

Los especialistas no se ponen de acuerdo en cuál es la procedencia de la domesticación del cerdo. Hay dos posiciones destacadas, una, los que creen que surge en el Próximo Oriente hace unos 10.000 años y, de allí, se extiende a otras zonas, y los que piensan que aparece de forma espontánea en varios sitios a la vez.

En la antigua China, sobre el 4.500 a.C., encontramos ya al cerdo ocupando un puesto importante. Se configura la mitología de este animal y, poco a poco, se convierte en un símbolo de prestigio. La carne porcina, junto con el arroz y las verduras, pasa a ser un alimento básico de la población china.

En el antiguo Egipto, el consumo del cerdo estaba prohibido, pero la gran cantidad de huesos de porcino aparecieron en los yacimientos excavados, nos hacen ver que saltaban esta norma con facilidad.

Por otro lado, en la mítica Troya existía la costumbre de sacrificar un cerdo, un carnero y un toro en honor al dios Poseidón, para aplacar así su cólera. Homero, en la Ilíada, igualmente relata los grandes banquetes que los héroes celebraban, en los que era típico encontrar la carne pinchada en largos hierros y asada a la lumbre. Los cerdos, desde la antigüedad, son elementos muy importantes en la mitología griega.

Los romanos, eficazmente, organizaban la matanza y la venta del cerdo, institucionalizaron el oficio de carnicero y establecieron pautas sobre factores como la edad más propicia para sacrificar los animales.

En algunos libros religiosos de tradición hebrea, como el Talmud judío o el Corán islámico, prohíben a sus fieles el consumo de la carne porcina. Es posible que restricciones se debieran a razones sanitarias, ya que, en aquellos tiempos, existía una enfermedad parasitaria propia del porcino. El cerdo, al no ser un rumiante, queda totalmente excluido  de la dieta judía. En el Corán, del mismo modo, se determinan los alimentos halal o permitidos y los haram o prohibidos, y se expresa explícitamente la prohibición de consumir “todo animal hallado muerto, la sangre y la carne del cerdo”.

Al contrario, el cristianismo permite su consumo. De hecho, como se recoge en el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo indica que no es necesario “abstenerse de alimentos que Dios creó para que, con acción de gracias, participasen los creyentes”.

En la península Ibérica, durante la dominación islámica, los andalusíes elaboran el conocido como alhale, que no es otra cosa que lomo de cordero o cabra salado y cocinado con aceite, aunque a los cristianos se les permitía elaborarlo también con carne porcina. Los musulmanes del al-Ándalus, por tanto respetaban que los cristianos siguieran consumiendo carne de cerdo.

La matanza del cerdo tradicional, que nosotros conocemos, proviene de los tiempos medievales modernos, en los que debían de exaltar una forma de vida cristiana para no ser señalados por los tribunales de la inquisición.

Actualmente, la matanza es una tradición que se está perdiendo. La matanza se realiza como una práctica social o incluso festiva llevada a cabo por la unidad familiar para su abastecimiento, nunca para el comercio. Como hemos dicho anteriormente, es una tradición que está condenada a una desaparición progresiva, por las sanciones a raíz de la ilegalidad que se dan en algunos pasos que se dan en este proceso, y también por la despoblación de las zonas rurales, aún así hay algunos ayuntamientos que luchan para que esta tradición no se pierda,  organizando espectáculos festivos para mantener viva la memoria de cómo se ha ido realizando en tiempos pasados.

Esperamos que les haya gustado, ¡que tengan buen día!

matanza-cerdo

 

Bibliografia:

Villafafila

Que aprendemos hoy

ddd.uab